Amor Juvenil

PATERNIDAD EN ADOLESCENTES

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Por: Luis Carlos Rodríguez.

“No mates al ser que vive dentro de ti, tiene el mismo derecho a vivir que tú”.

 

¿Nos creemos seres razonables? ¡Ojalá lo fuéramos!. Creo que realmente no somos seres razonables, porque ¿quiénes somos, para decidir quién vive y quién no? Un bebé tiene el mismo derecho a vivir que todos nosotros, derecho a tener sueños, hijos, nietos y bisnietos, pero este prodigio  acaba, cuando invadimos el milagro que es el otro.

¿Cuántos de nosotros como hombres, no hemos querido estudiar, tener un buen trabajo y luego estar bien económicamente para tener un hogar, un hijo y luego darle lo mejor de nosotros?. Pero nos estrellamos con que el 70% de nosotros tiene un hijo a muy temprana edad, ¿y qué? ¿En dónde quedó esa valentía con la que íbamos a afrontar todo esto?

Nos enfrentamos al miedo, al terror que nos produce la nueva situación. Muchos adolescentes, se refugian en la negación de la realidad de esa nueva vida que han sembrado y acuden a la vieja estrategia de afirmar que ese hijo no es suyo, abandonando la posibilidad de ser padres y dejando a su suerte a la niña que hasta hace poco decían amar. Hoy, es fácil comprobar la paternidad y eso, aterra. Así que, nos encontramos con el descaro frecuente, de presionar a la mujer a que interrumpa el embarazo, a que aborte.

Ellas, muchas veces piensan igual. He escuchado está frase que proviene de varias mujeres: “es mi cuerpo y hago con él lo que quiera”. Ellas también tienen miedo, sin duda, han crecido viendo la tragedia de familiares, amigas y vecinas que han enfrentado el reto de ser madres solas y a temprana edad y las duras consecuencias que pagan estos niños, en la mayoría de los casos. Tienen miedo, miedo a que la sociedad en la que estamos las discrimine, las juzgue, las porque trajeron un bebé a tan temprana edad.

Los medios de comunicación nos brindan información permanente para tener protección, y qué? Nunca prestamos la atención necesaria. Actuamos sin medir consecuencias y por causas improvisadas. Es verdad, que el modelo de amor, que nos ofrecen los medios masivos y nuestros propios hogares, no es ni mucho menos, un modelo digno de imitar, pero también es cierto que somos jóvenes, hombres y mujeres inteligentes, capaces de defender los derechos de nuestros hijos desde ahora: Su derecho a tener unos padres maduros física, sicológica, espiritual y  económicamente.

Creo que los embarazos en los adolescentes de hoy, no se dan por ignorancia ni por inocencia sino por imprudencia y por irresponsabilidad. Aunque nuestros padres no nos hayan hablado de relaciones sexuales y sus consecuencias, la información está a nuestra mano por infinidad de medios a los que, sin duda, sabemos acceder.

 

Un aborto, es el asesinato de un niño o de una niña y la marca eterna en la conciencia de sus padres, en el cuerpo tumba de su madre y el corazón malvado del muchacho que hubiera sido su padre. Si usted, está en el colegio y no es papá ni mamá todavía, ni están embarazados, acudan siempre a esa parte racional que nos diferencia de los otros seres vivos y actuemos con amor propio, con amor por nuestra pareja transitoria y con amor por esos hijos que tenemos planeados a largo plazo en nuestro proyecto de vida.

Si ustedes, compañeros adolescentes, están embarazados o ya son padres: A estudiar, a trabajar, a dar amor y calor de hogar, seguridad, estabilidad emocional y económica a su hijo o hija. A veces, no se asesina abortando, se asesina trayendo niños a este mundo y dejándolos aguantar hambre, pobreza, soledad, desase, abusos, ignorancia y violencia.

Nosotros, que estamos aquí, debemos agradecer a nuestros padres por habernos dejando nacer, crecer, construir sueños e irlos cumpliendo, porque hay miles de personitas a quienes se les corta esta oportunidad. Ser padres, es una tarea de amor y responsabilidad que se decide y se asume para toda la vida.

¿EXISTE EL AMOR?

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Por: Carolina Castiblanco R.

 

Elegí ese tema porque hay una pregunta importante, que me hace pensar una y otra vez: ¿En mi zona de Los Almeidas, hay amor? Con mi discurso pretendo demostrar que los adultos, nos están enseñando con sus acciones, palabras y vivencias que si alguna vez ha existido el amor, está siendo exterminado sin piedad.

Ustedes creen que en nuestra región hay amor mientras cientos de padres se gastan la plata que ganan en sus trabajos, consumiendo alcohol día y noche: ¿Eso es amor?.

¿Es modelo de amor pasar por las calles de nuestros municipios y ver en cada esquina grupos de hombres y mujeres de todas las edades con botellas de alcohol en la mano, mientras difícilmente pueden sostenerse en pie y tener terror de que lleguen a casa porque son los padres, madres, hermanos y abuelos de muchos?

Cuando padres y madres golpean a sus hijos, con la propia mano, con cinturones, correas, zapatos y otros objetos a los hijos porque hicieron algo que ellos consideran incorrecto ¿eso es amor?

Cuando cientos de padres de familia, abandonan a sus mujeres con los hijos a su suerte y se van con otras mujeres para traer más hijos a este mundo a sufrir necesidades, ¿Esa mor?

Cuando tantos adolescentes, sin proyecto de vida claro, sin recursos, sin preparación física, económica ni académica traen niños a este mundo por accidente, para dejarlos en manos ajenas, es amor?

¿Es amor cuando miles de niños, jóvenes y adolescentes permanecen en soledad sin cariño ni atención, sin nadie que les guíe o acompañe en sus actividades escolares, buscando malas influencias, consumiendo sustancias dañinas y aprendiendo a causar daño a la sociedad?

¿Hay amor cuando la infidelidad es el pan de cada día en muchos hogares y con ella la violencia intrafamiliar que miles de niños deben soportar todos los días?

¿Es ejemplo de amor cuando todos los días somos testigos de mentiras pequeñas, medianas y grandes que los adultos se dicen entre ellos y nos dicen a los niños?

¿Cuál es el modelo de amor, cuando el lenguaje de nuestros adultos es vulgar, ordinario, irrespetuoso y violento, frente a los niños y a sus espaldas?

¿Cuál es modelo de amor, cuando nos exigen que estudiemos y muchos de ellos nunca lo hicieron ni aprovechan las oportunidades que hoy se les brindan para aprender?

¿Hay amor en las promesas políticas incumplidas, en las mentiras y la descortesía de aquellos que asumen los cargos que el pueblo les otorga con sus votos?

Son tantos y tantos los interrogantes que vienen de golpe a mi cerebro y que me desconciertan al concluir que sin duda, estamos recibiendo lecciones diarias acerca de las maneras más frecuentes para asesinar al amor.

 

Lo curioso de todo esto, es que los adultos todos los días hablan de amor, celebran el día del amor, cambian de amor cada rato, luego cantan al desamor, confunden el amor con el sexo desordenado y cantan al supuesto ¨despecho¨ ahogados entre alcohol, irresponsabilidad y lágrimas.

No es difícil para nosotros, asistir todos los días a los funerales del ¨Amor¨.

En la casa, en el colegio, en la calle, en los medios masivos de comunicación, en todas partes: Se me ocurre ilustrar mis palabras con el ejemplo del comercial de un desodorante para hombres que se llama ¨AXE¨ en el cual muestran a las mujeres como un numeroso grupo de estúpidas que corren detrás de un olor, sin preocuparse por la amistad, el respeto ni el motivo de nuestro tema de hoy, el amor. Ni hablar de la manera como le venden al hombre la idea de masculinidad: ¨Tenga miles de mujeres¨, sin importar nada más. ¿Hay amor en la intención de este tipo de comerciales que llegan a jóvenes y niños indiscriminadamente?

¿Hay amor, en mis compañeros de colegio, cuando al menor descuido se apropian de los útiles escolares de los otros, los esconden o dañan, rayan o destruyen sus pupitres, escritorios, paredes y demás implementos escolares?

¿Hay amor cuando los salones, pasillos, prados o jardines de los colegios cuando los tapizamos de la basura que producimos minuto a minuto?

¿Son  prueba del amor humano, los ríos contaminados, los animales extintos, las quebradas y lagunas asfixiadas de basura?

Sin duda, los niños tenemos grandes retos para el presente y el futuro. Somos la generación del poder, de la tecnología, de los grandes avances, del aprendizaje rápido. Tenemos el reto de aprender a diferenciar entre aquello que es amor y aquello que no lo es.

Nuestra tarea es resucitar el amor que han asesinado paulatinamente nuestros adultos. Afortunadamente, también abundan los buenos ejemplos. Y por si no, nosotros tenemos la inteligencia y la capacidad de aprender a sembrar amor, de actuar según la lógica del bienestar del otro, del planeta, nuestro propio bienestar.

El secreto del amor es sencillo, podemos empezar por nuestra región, seremos modelo para muchos. Lo primero, es valorarnos nosotros mismos, respetarnos, cuidarnos, querernos, saber que somos inteligentes, capaces, líderes, simpáticos y justos. Si no nos aceptamos a nosotros mismos y no nos sentimos felices y orgullosos de ser quienes somos, será difícil aceptar a los demás.

 

Después de ese primer paso, bien dado, es fácil seguir el secreto para resucitar al amor: Reconozcamos que el planeta es nuestro hogar, vivamos en función de su cuidado, que su vida, es la supervivencia de nuestra especie.

 

El día en que tengamos claro que somos los seres más importantes del mundo y que nuestra casa merece cuidados, ese día aprenderemos a valorar a respetar y a cuidar a los otros seres humanos, sus cuerpos, sus personalidades, sus espacios, sus pertenencias, sus palabras, su existencia.

Resucitar el amor, no es sencillo: A nuestra generación le corresponde esa difícil tarea. Podemos empezar desde ahora, desde hoy: Es necesario enseñar tantas lecciones a nuestros adultos. Tenemos que aguzar nuestro sentido crítico, alimentar el amor y luchar contra todo aquello que lo mata.

Empecemos por construir nuestros proyectos de vida. Tracemos caminos de amor y transitemos por ellos, sin duda, somos capaces de transformar la humanidad.

Cierro mi discurso invitando a los adultos a reconstruir el amor en sus vidas, a armar con los pedacitos que quedan una sociedad estudiosa,   futurista, prometedora, altruista, solidaria, sincera, honesta, trabajadora, puntual, sobria y exitosa. Estamos dispuestos a seguir sus buenos ejemplos y a enriquecerlos.

Asistiremos a la resurrección del ¨amor¨, quizá algún día del futuro, sólo si desde ahora empezamos la tarea.

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